La Madre de Todas las Cruzazuleadas

Muchas veces el esfuerzo y dedicación llega a superar al talento nato, esta es una premisa que ha sucedido miles de veces en el futbol cuando un equipo limitado llega a ganarle a uno de los mejores del país. Durante el 2020 todo México presencio un claro ejemplo de esto durante el torneo “Guardianes 2020”, a inicios de diciembre Cruz Azul se enfrentaba a los pumas de la UNAM en la eliminatoria rumbo a la gran final, todo un ejemplo del David contra Goliat en el futbol mexicano.

El equipo de la maquina celeste llegaba como claro favorito a la instancia de las semifinales, contaban con la mejor delantera del futbol mexicano liderada por Jonathan Rodríguez y asistida por jugadores como Luis Romo, Orbelin Pineda, Roberto Alvarado y Santiago Giménez; todos ellos en un nivel espectacular. Mientras tanto los pumas contaban con un plantel reducido en estrellas, pero que en conjunto con un buen sistema táctico dirigido por Andrés Lilini mostraba un constante nivel competitivo.

Como ya lo había comentado, el partido de ida programado para el 3 de diciembre señalaba a Cruz Azul como el posible ganador, aunque estaba claro que el partido estaría muy cerrado. En definitiva, el encuentro estuvo igualado hasta que inicio ya que con un doblete de Romo y 2 más de Baca y Alvarado respectivamente Cruz Azul humillaba a los universitarios. El 4-0 se hacia notar en el resultado y toda la afición celeste ya sentía cerca el campeonato, después de todo Cruz Azul no había demostrado tan buen nivel desde hacía mucho tiempo.

Días después en rueda de prensa Andrés Lilini daba la cara ante los medios, estaba claro que seria complicado luego del mal funcionamiento que su equipo evidenció durante la ida, pero ante todo esto él recalcó que la eliminatoria aún no estaba perdida. Su más grande argumento para darle esperanza a la afición fue “son 90 minutos más” “Cruz Azul puede hacer 4 goles, nosotros podemos hacer goles”. La cita para la semifinal de vuelta sería el 6 de diciembre y créanme que nadie estaba listo para lo que se venia a continuación.

En campo de los pumas, el histórico olímpico universitario, se estaba por escribir una de las historias más épicas de todo el futbol mexicano, donde la frase 1% de probabilidad y 99% de fe sería el claro significado de esta gesta. Solo es cuestión de decir que al finalizar el primer tiempo los pumas ya lo ganaban 3-0, un equipo menos lujoso que el conjunto celeste estaba a solo un gol de lograr algo impensado. Al minuto 87 tras una gran jugada, el capitán de los pumas, Juan Pablo Vigón, encontraría un balón dentro del área y tras un zapatazo fusilaba al arquero rival. Los Pumas lo habían logrado, gracias a la posición en la tabla general obtenida durante el torneo los universitarios se quedaban con el boleto a la gran final.

La escena cerraría con las palabras de Paco Villa, conocido narrador y aficionado de Cruz Azul el cual, entre lamentos, apodo aquella noche como “la cruzazuleada más grande”.



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